El conocido pintor Henri Matisse quedó fascinado por Tánger desde el primer momento, y visitó la ciudad en diversas ocasiones para plasmar en sus cuadros escenas del interior de la propia Kasbah. De hecho, los visitantes que lo deseen podrán seguir un camino trazado en el suelo, que señala los pasos del artista, y que pasa por la misma puerta de nuestro Hotel-Riad.
El intenso azul de esta habitación trae a nuestra memoria pinturas del artista, como “Ventana en Tánger”. La estancia dispone de una cama doble, con un cabezal en azules y blancos, que se complementan con unas cortinas a juego, en contraste con el intenso blanco de las paredes. Una silla de color de terciopelo azul zafiro se suma a la espléndida decoración en tonos marinos. En la estancia cobra especial protagonismo el arco, de acceso al baño, en forma de herradura y tallado por artesanos, que ofrece un efecto similar a los que se encuentran en las mezquitas.